¡LO
SIENTO!... PERO SE ME OLVIDÓ
En muchas ocasiones sé que
puedo dar una imagen de prepotente y mal educado, pero para el que así piense
comete un error pues eso es una simple impresión por falta de conocimiento y
con esto no crean que lo trato de analfabeto, me refiero sencillamente de
"conocimiento" sobre mi persona.
No soy un tipo tan raro,
creo que mi problema es que siempre voy pescando, entendiéndose por pescar
estar con la mente en otra parte. Aunque no sea corriente, cuando me observes
mirándote de frente puede que yo no te esté viendo y esto cree un mal entendido
al tú pensar que te quise evitar el saludo, simplemente es que soy el mayor de
los despistados.
Os contaré casos que me han
ocurrido y de los que no salí mal parado por tratarse de parientes o buenos
amigos que ya me conocen y saben, cómo dice Miguel A. Pérez, que lo mío es un
plomillazo.
Empezaré por el último, hace
escasos minutos cuando saque al perro a mear (herencia que me dejo mi hija)
desde la acera de enfrente un vecino no paraba de hacerme gestos para saludarme
y yo no le hacía ni puñetero caso ¿Sabéis donde estaba mi mente?... viendo cómo
se movía el muñeco del semáforo, estoy convencido que el tipo que lo diseñó se
basó en el vídeo clic de Triller... observar que anda igual que el Michael
Jackson, aunque este sea verde y el otro fuera ¿negro o blanco?. Cuando reaccioné
al pobre los estaba tratando el 061 de un descolgamiento de brazo.
¿Alguien se ha dado cuenta
que desde la calle Ancha se puede ver la estatua del Fénix en San Juan de
Dios?... ¡Pues si señor!... ¡ese soy yo! El pescador de imágenes, el que
siempre tiene la cabeza de viaje ¿Que para qué sirve saber que el Fénix se ve
desde la calle Ancha?... pues seguramente para nada, pero la próxima vez que
pases por allí seguro que te fijas para saber si es verdad o no, de momento te
dejaré en la duda.
Para mí el sentido de la
vista es uno de los más importantes, tanto es así que antes de levantarme de la
cama lo primero que hago es ponerme las gafas. Hubo un día que al despertarme
no las encontraba y mientras buscaba desesperadamente gritaba como un poseso
culpando a todo dios de la perdida de mis lentes, menos mal que mi Santa es muy
paciente y viéndome enfurecido me dijo:
- ¡Tranquilo!... piensa
donde las dejaste al acostarte
- ¡DONDE SIEMPRE, EN LA
MESITA DE NOCHE!
- Mira en el cuarto de baño
(tenía su lógica ya que lo uso cómo biblioteca privada, aunque los
protagonistas de las novelas la mayoría de las veces salen con las narices
tapadas)
- ¡YA HE MIRADO!
- Vuelve a entrar y mírate
al espejo.
Efectivamente las llevaba
puestas. Mis hijos por respeto no me dieron el "cosqui de la pringá"
pero no te veas el cachondeo que tuve que soportar.
PIENSO... LUEGO EXISTO, por
eso quizás nunca quiera dejar de pensar y yo solo me creo unos rollos cuando voy
solo que quizás sería mejor hasta ir mal acompañado.
Algunas de mis divagaciones:
Yo le daría el Novel de la
ciencia junto al de la paz a aquel que descubriese la cadena de ADN del helado
de tres sabores (nata, vainilla y chocolate) y lo fusionase con el genoma
humano. A partir de ese momento los niños nacerían de tres colores y aunque se
viesen al principio un poco raros, sería la solución para acabar con el
racismo. Además las madres tendrían toda la razón cuando dijesen:- ¡Mi niño
está pa comérselo!
Todo lo contrario haría con
el inventor del teléfono inalámbrico. Cuando en mi casa comienza a sonar
parecemos una escena del camarote de los hermanos Marx, todo el mundo corriendo
de un lado a otro buscando el aparato, hasta el perro se altera con tanto
alboroto y se pone a ladrar. Siempre llegamos tarde pues nunca está colocado en
la base, yo creo que es un experto en jugar al esconder. Es más dañino que el
tabaco... ¡NO, NI, NÁ!... yo estuve más veces al borde del infarto con una
llamada que con una calada.
Para hacerle un monumento...
¡al que inventó la fregona! Gracias a él y a Cristina Almeida... ¡qué cómodo
nos han hecho el trabajo a los hombres!
Y las últimas reflexiones se
las dejaré para el gran Groucho Marx:
-Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un
pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…
-La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un
diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.