EL FEO DURMIENTE
De ayer a hoy han pasado cuarenta años a la espera de esa
princesa encantada que me despertara con un dulce beso, al parecer se quedó en
el banco de la estación sin atreverse a subir al tren y más cuando le enseñaron
una foto mía de carné. También pudo suceder que ese besuqueo endulzado se le
prohibiera por prescripción médica debido a mi elevado nivel de azúcar en
sangre.
No me despertaron los arrumacos principescos pero si el
golpear de la puerta de la azotea que alguien la dejó abierta y con los
soplidos de Eolo cualquiera no se
despertaba... ¡con beso o si él!
Una vez que llegó la mañana y a pesar del temporal me acerqué
a aquel humedal para capturar las ranas, cuanta ha sido mi desilusión cuando vi
con mis propios ojos como charcas, juncos, vinagretas, vías y casetas han
quedado sepultadas bajo toneladas de asfalto y hormigón, del campo de Aviación
ya solo queda el nombre de una calle en un barrio invasor que ahora llaman
Loreto, lo único bueno es que ya no me siento tan discriminado pues la mayor
parte de mi generación golpean tan mal el balón como antes lo hacía yo y mis
hermanos seguro que ya no meten un gol ni al arcoíris.
Según como veo el panorama el regreso al futuro no tiene
mucho aliciente, pues la mayoría de las gentes se han sentado en el mismo banco
de mi princesa para ver llegar el tren y despedirlo pañuelo en mano soltando
una lagrimita. Solo espero que prenda una llama joven que haga como en
"GAMONAL" arder los listones de los bancos de la estación y para no
quemarse el culo ponga en pie al personal, pero que no griten ¡FUEGO!... más
bien los invitaría a que alzaran la voz para que el maquinista se entere de que
están "HASTA LOS HUEVOS" y así pare el tren y los invite a subir para
intentar sacar a este país de este fangal de corrupción donde se tratan de
matar a la mejor generación que la clase obrera creó con el mayor de los
sacrificios.
Dedicado a mi barrio (Puntales) y a mis adolescentes amigos
de Candelaria- Inst.Columela (daros todos por aludidos, y en especial a Paco
Monroy que gracias al Facebook tras treinta años nos hemos reencontrados)