miércoles, 17 de julio de 2013

PERDONAR POR MI AUSENCIA

Aquí me presento de nuevo con mi sillón por Rocín y mi teclado por lanza dispuesto a estrellarme contra los molinos, pero cuando me enteré que los más cercanos quedan por Vejer cambié de idea sustituyendo los molinos por la Mulinex y a esta hora disfruto de un gazpacho fresquito de gran categoría, yo preferiría el tinto con Casera de toda la vida pero los galenos que más que lengua tienen veneno, le han dicho a la Santa que me saque de la facultad de etnología y me aleje de las catas a base de cates. Solo estoy autorizado a tomar bebidas "X", que no son excitantes sexuales. X en las quinielas significa empate, y en el futbol como en el beber no hay un resultado peor que el "0-0"... ¡Al carajo otro placer!
Ya acabó mi periplo de más de quince días como guía turístico y aunque esté mal que yo lo diga, de ponerme nota sería de sobresaliente. A mi amiga la francesa se lo he enseñado "tó"... menos la picha porque me daba vergüenza, por el tamaño y porque ella tenía ya casi los setenta años.
Visitando la ciudad yo también he aprendido mucho, por ejemplo supe de la incompatibilidad que existe en combinar belcro con bragueta y pantalón, sobre todo a la hora de "mear"... ¡jamás conocí depilación más dolorosa! y sobre todo cuando se llega a una edad que meas más que caga un mirlo. Yo cada vez que entraba en un bar mordía el rollo de papel higiénico para ahogar el grito... ¡Pa cagarse en los muertos de C&A! que fue donde me compré el pantaloncito.
Mi amiga venía con la ilusión de aprender un poco más de español y cuando me habló de su intención yo le di dos opciones, un curso de filología de Cai... Cai que le sería impartido por un amigo mío que vive en el Mentidero u otro de filología exprés de Puertatierra que le impartiría yo mismo y de forma gratuita. Ella optó por el mío y creo que fue un acierto pues ayer cuando nos despedíamos en el aeropuerto con voz entrecortada y con su acento afrancesado se fundió en un abrazo con la parienta y le dijo: -Hasgta prognto "chochete mío"

Fue tanta la emoción que a Dios puse por testigo y juré que los franceses serían mis amigos aunque tuviese que mandar "al cagajo a algún guepresentante de Agabal"

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