domingo, 12 de mayo de 2013


LA MENSUALIDAD

Recibir una mensualidad, tal como está el patio, es lo más parecido a que te metan una "puñalá" trapera abdominal con una albaceteña, continuando con un doble giro de muñeca hasta ampliar el efecto dañino haciéndote un menudo con los intestinos, el hígado y todo lo que encuentre a su paso. De momento dejaríamos para más tarde el pique y los garbanzos, eso sí procurar tener pagado el Ocaso porque eso no se cura con una tirita.
Pero en el caso que me atañe dicha mensualidad difiere enormemente de los cánones establecidos por lo que la recibo con complacencia. Siendo digna de celebración me siento orgulloso conmigo y con los de mi alrededor, pues aunque yo le he echado cojones ellos han tenido la paciencia para aguantar mi "mono" y mis impertinencias.
Hoy hace justo un mes que dejé de fumar y lo hice a pelo, para que me entiendan sin parches ni chicles de nicotina y no es que yo sea más duro o valiente, simplemente porque el tratamiento cuesta un huevo y el siguiente.
¡Pero aquí está el tío! a pasito corto pero sin aminorar la marcha dispuesto a ir en busca de la felicidad. Lo primero que hice al despertar fue levantarme, mear y pegarle una "patá" a la báscula. Tampoco es que haya cogido mucho peso, un par de kilos no más, pero es que ando más que Forrest Gump ¡diez kilómetros diarios a paso de legionario! y cuando vuelvo a casa la aguja de la balanza progresa adecuadamente, me dicen las gentes gano en masa muscular y pierdo en grasas... ¡Y un mojón "pinchao" en un palo!... La locura y la ceguera no tienen relación y yo cuando me miro al espejo no veo al increíble Hulk por ningún lado.
Durante este periodo estaba incapacitado para escribir pues todos mis pensamientos iban dirigidos al tabaco, pero sé que lo voy a conseguir pues mientras antes mis sueños los ocupaban montañas y montañas de cartones de Malboro, hoy solo he soñado con un trailer de Ducados y se me quitaron las ganas cuando me dijeron que era yo el encargado de tenerlo que descargar. No quiero que piensen que era un motivo de discriminación racial por preferencia entre el rubio y el negro, simplemente es por pura flojera y además aunque no soy creyente para lo que me conviene le hago caso a dios y este dijo que el domingo había que descansar por ser fiesta de guardar... ¡y el que guarda halla!

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