martes, 28 de mayo de 2013

CON LA MENTE AL VUELO

Cuando a uno de Rota le dan por el culo... ¿ para donde tiene qué mirar?
Esto son algunas de mis grandes dudas existenciales, al igual que el bigote de Aznar... ¿tiene o no tiene?
Diez kilómetros andando en solitario te da mucho para pensar, en la vida, en la muerte, en el amor, en la lista del Mercadona y en la cantidad de gilipolleces que podrías escribir en facebook... ¡Mejor volvamos a lo del bigote de Aznar!... ¿tiene o no tiene?... a muchos les hago esta pregunta y nadie me sabe contestar, como mucho me dicen: -¿bigote?...¿?... ¡no sé!... ¡pero cuernos seguro!
Ayer quizás metí la pata con mi relato, seguramente antes tenía que haber advertido que podía herir la sensibilidad del lector. Pero la verdad que no lo creí conveniente, pues más terrorífico es el telediario y todo el mundo se lo traga.
Hoy os daréis cuenta que esto solo es un vomitorio de pensamientos inconexos, pero si lo analizas fríamente es nuestra forma de reflexionar. Somos capaces de mantenernos en un tema cuando conversamos con otra persona, pero en soledad lo que nos viene a la mente es una lluvia de ideas que como llegan se van y vuelven "sin ton ni son".
La mente es libre y aunque tratemos de dirigirla siempre tomará el camino que le venga en gana, por eso el hombre se tiene que formar como un animal de costumbres y crearse rutinas para que no tenga libertad de pensamiento. Llamamos loco al que deja la mente a su libre albedrío y no tiene cabida en esta sociedad de moral ficticia.
Fijad vuestra atención en cualquier parte de vuestro cuerpo... relajaros y pensad solo en ese punto determinado, mentalmente seréis capaces de darle alivio o dolor según os plazca.
La mayor fuerza es la del pensamiento y la mayor arma de destrucción es la manipulación, si os dejáis manipular siempre seguiréis al abanderado.
Ahora me toca pensar que me encuentro terriblemente cansado, suena un tono al teléfono, es la alarma, la orden, la escalera que te baja de la nube.

Ya he vuelto y aquí me encuentro aporreando un teclado en el mismo lugar que me senté hace ya casi una hora.

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