IMÁN
CAPÍTULO V
Antes de abandonar el santo lugar y con la intención de de no
terminar fregando en una pileta, optó por pedir prestado el contenido de la
limosnera a un monaguillo que allí se encontraba, tan quieto estaba el
chiquillo que tuvo la impresión de que no parecía humano. Tras media hora de
monólogo el acólito no le contestó (era lo más lógico siendo de pasta de
madera) y como el que calla otorga, metió la mano en el limosnero y no le dejó
ni una gorda.
Dispuesto a tomar las de Villa Diego hubo un momento en el
que quedó deslumbrado al pasar de la oscuridad del templo a la luminosidad de
la calle, instante en el que oyó el trinar de un jilguero. Se quedó sorprendido
ante aquel bello sonido y comenzó a imitarlo con un suave silbido.
El pájaro cantaba y él le contestaba, era un lindo dueto pero
de tanto silbar comenzó a hiperventilar provocándose una falta de oxigeno al
cerebro que llegó a perder la conciencia.
Despertó tumbado en la acera con un bollo en la frente del
tamaño de un huevo frito y descubrió con asombro como los transeúntes tomándolo
por un pedigüeño le habían arrojado hasta algún billete de quinientos (es que
la gente no sabe lo qué hacer por tal de blanquear el dinero). Recogió la
recaudación y cuando se disponía a marcharse escuchó de nuevo el trinar:
-¡Pi, piripí, piripipí, piripipío!
-¡Mira pichita, es que me tengo que ir y no me gustaría
dejarte con el pio en pico porque me da mucho apuro... aunque así que te voy a
dejar el número del móvil de Nicolás Maduro!
Sin rumbo fijo siguió caminando hasta llegar a la playita de
las mujeres, observó como a todo lo largo del litoral lucían las banderas rojas
y pensó:
Opción A.- Por fin el pueblo harto de tantos abusos ha pasado
de la apatía a la acción, se ha limpiado el culo con esta constitución y con la
de 1812 (con el perdón de Arrabal pero es que ninguna de las dos vale ná de ná)
y por fin somos una república socialista independiente.
Opción B.- Juega la Selección sub-alevín en el Carranza.
Opción C.- No sé qué coño pasa.
Absorto en sus pensamientos bajó hasta la orilla y al rumor
de las olas inició un relajante paseo a espera de nuevos acontecimientos,
meditabundo y ensimismado dejaba que la marea acariciasen sus pies y en su
retroceder los hundiese en las arenas.
Embelesado por aquel momento sintió un gran desatiento cuando
sintió dejar caer todo el peso de su pie sobre algo viscoso y repugnante, era
la misma sensación que cuando pisas un mojó del tamaño de un submarino.
Aquello fue una gran sorpresa pues no se trataba de una
mierda, ni un pica-pica de tres cuartos de kilo, ni tan siquiera una
ortiguillas o un chocho vieja, era una Physalia
physalis o carabela
portuguesa. Un bicho con más peligro que el gobierno de Rajoy o nuestra
alcaldesa.
Del tirón acudió protección civil, el 061, el 092, el 112,
momento en el cual alguien cantó: -¡LÍNEA!... Tras revisar los cartones la
dieron por correcta y continuaron para bingo.
El traslado se hizo en helicóptero a la UVI del Puerta del
Mar, viendo que no tenía donde aterrizar le pasaron la competencia a un celador
de urgencias que tras pasar por TRIAJE allí concluyo su viaje. Más pallá que
pacá con una septicemia que es la más
grave forma de infección porque puede conducir en pocas horas o días a un gran
deterioro del organismo y a la muerte.
Vinieron médicos de todo el mundo, mientras que los nuestros
se marchaban al extranjero por los recortes en sanidad. Pero a pesar de todo
los esfuerzo inevitable certificar el fallecimiento de la carabela.
Imán para justificarse solo decía:
-¡Si apenas la he pisado un poquito!
A lo que contestó el doctor:
-¡Lo suficiente! La costra de tu pie está consideradas como un
arma de tipo biológico, clasificadas como de destrucción masiva por las
Organización de las Naciones Unidas y hasta este momento no se ha encontrado ningún
antídoto. De momento sube a la consulta de trauma y le dices al Makeke que con lamparilla
de gas, espátula y rotaflex te arregle esos pies, pues es el único capaz de acabar
con este peligro que más que pies tienes dos Kim Jong-un.
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