IMÁN
CAPÍTULO II
Se puso tan contento que en señal de agradecimiento se lanzó
a sus pies besándolos frenéticamente, su apasionamiento fue subiendo de nivel
hasta que intentó bajarle las enaguas. La virgen se sintió impotente viendo
como había sido capaz de parar un maremoto y ahora no era apta para frenar el
ímpetu del Pandilla.
Elevó al cielo una oración y le pidió al jefe que si
consideraba ese sacrificio tan necesario como cuando crucificó a su hijo...
¿por qué no se lo hacía más liviano y le sustituía a ese engendro por Richard
Gere?
De una lapa surgió otra luz de led de donde apareció el
arcángel San Gabriel. Anteriormente en las apariciones se empleaban rayos de
luz con lámparas halógenas de 1500 w. pero el recibo subió una barbaridad y
Sevillana decía que ese no se lo perdonaba ni a dios, con lo que Jesucristo fue
enviado de nuevo a la tierra pero no para perdonar nuestros pecados, si no para
que se acercase por el Leroy Merlín a comprar lámparas de bajo consumo.
El arcángel sacó su espada de fuego y luciendo sus dotes de maestro
de esgrima le lanzó un mandoble al Pandilla que le chamuscó los pelillos de los
huevos. Viendo como ardía la entrepierna y el olor a pollo quemado, se tiró de
coco a un charco y ya pasado el sofoco se quedó muy satisfecho con su ingle
brasileña.
Repuesta del incidente la virgen se dirigió a Gabriel:
- Quédate aquí a mi lado y no te mueva hasta que yo no
termine de hablar con él, pero apunta con la espada para otro lado que da mucha
calor.
A continuación con dedo acusante y mirada hiriente le dijo al
Pandilla:
- ¡TÚ, HIJO DEL PECADO!... (Vulgo "hijo puta")
-¡Perdón Sra. de la Primera Compañía Espiritual del Santo
Rosario y Coro del Ave María, Venerable, Antigua e Ilustre, Lasaliana,
Franciscana, Vicenciana, Pontificia, y Real Archicofradía Sacramental de
Nuestra Señora de la Palma Coronada, Agregada a la del Santísimo Nombre de
María de la Corte de Roma y del Santísimo Cristo de la Misericordia y María
Santísima de las Penas!... ¡déjeme que coja aire!... ¡pero yo no sabía quién
era usted!
-¡NO ME MIENTAS QUE ES PECADO!
-¡Pecado!... ¿eso qué es?
-¡PERO CÓMO!... ¿A TÍ NO TE HAN BAUTIZADO?
-¡Que yo sepa!... ¡no!
-¿Y CÓMO HA PODIDO SER?
- ¡Yo no tengo padre, yo no tengo madre, yo no tengo a nadie
que me quiera a mí...
-¡CAYA DESDICHADO!... ¡NO TE DAS CUENTA QUE ESO ES DE MACHÍN
Y LA SOCIEDAD DE AUTORES NOS PUEDE COBRAR!
-LO PRIMERO QUE HARÉ SERA BAUTIZARTE
-¿Eso duele?
-¡NOOO!
-Pues entonces... ¡vale!
-LO DEL PANDILLA NO ME GUSTA Y VIENDO DE LA FORMA QUE TE
PEGASTES A MÍ, YO TE BAUTIZO CON EL NOMBRE DE IMÁN.
-¡Virgencita!... ¿el Imán no es musulmán?
-¡CAYA CARAJOTE!... ESE ES EL DE LA MEZQUITA, EL TUYO ES DE
FERRETERÍA.
Tras echarle el agua y darle una charla más larga que un
discurso de Fidel, la virgen le entregó un papel a modo de salvoconducto para
que se pudiese integrar en nuestra sociedad civilizada... ¡JA, JA, JA!... (lo
de la risa es cosa mía)
-¡APAGA ESA LUZ, QUE NO ME DEJA DORMIR! (dijo el
"burgaillo")
Y haciéndole caso la virgen y el arcángel desaparecieron
dando por fin al milagro.
El guarda jurado del Castillo de San Sebastián (Chano para
los amigos) un chivato de tomo y lomo, escondido tras la "piera del
tornillo", se enteró de todo lo que allí había ocurrido. Siendo el hombre
tan discreto solo se lo contó a dos... a los españoles y a los extranjeros.
El lío que se montó fue grandilocuente y con todos los
viñeros presentes vestidos de penitentes empezaron a montar un altar y menos
mal que la Teo les paró la obra por no tener licencia municipal, ¡qué si no!...
hoy el San Sebastián es una sucursal del Palmar de Troya.
¡Por cierto!... se me olvido comentar que con tanto follón la
Petróleo se está haciendo de oro.
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