viernes, 22 de febrero de 2013

INICIACIÓN AL ESPIONAJE

Ya soy consciente de que mi mente no da para más y a veces me meto donde no me llaman, aunque más bien lo que hago es agudizar el oído, pues como buen latino soy cotilla por naturaleza aunque parco en palabras.
De hace un tiempo para acá por culpa del Profesor he cogido tal afición a las novelas de espías que he llegado a suspender viajes para no perderme ningún capítulo, pero hasta tal punto ha llegado la adicción que por todos lados voy afinando la oreja para enterarme de las conversaciones ajenas y preparar un dosier por si a alguien le interesa.
Mis prácticas de espionaje las he comenzado con la colaboración del Sr. X, no daré su nombre para no implicarlo ya que él se busca la vida en la frutería que hay debajo de mi casa y no quisiera que por mi falta de prudencia Javier Reina pudiese acabar entre rejas.
Tras la caja de las papas godas he colocado un receptor/emisor electromagnético (un embudo con dos imanes y adosado al pitorro con cinta aislante un cable de antena, en el otro extremo que llega hasta mi balcón es despeluchao el cable y lo he liado con gran maestría a las asas de dos coladores de aluminio adquiridos por un euro en la tienda del chino, he curvado las asas para que se adapten bien a mi cabeza aunque les he añadido una espumadera ya que no daba el tamaño para adaptar los coladores a mis apéndices auditivos)
Por medio de este genial invento consigo escuchar (aunque un poco distorsionadas) conversaciones que a muchos le pondrían los pelos como escarpias.
Hay una tal Eva que se dedica a dejar su goma a muchas mujeres para que hagan muñecos, me imagino que cuando hablan de muñecos se trata de una palabra en clave para no decir niños. Esto me ha dejado bastante desconcertado, en primer lugar porque me parece una guarrería que se pasen la goma de unas a otras cuando lo aconsejable es que la goma sea de un solo uso.
En segundo lugar diría que se trata de un plan maquiavélico, pues si la goma la usan para fabricar niños es porque esta debe de estar picada (algo lógico con tanto pasársela de unas a otras) y todo esto bajo el desconocimiento de sus respectivos.
Los resultados de este plan deben de estar dando grandes resultados, pues entre ellas ya comentan que tienen niños vestidos de comunión, de futbolistas, de médicos o abogados. Es decir que esta trama se viene desarrollando desde hace bastantes años y los hombres sin enterarnos.
Yo aconsejaría a todos los caballeros que si sus parejas le pasan una goma, antes de hacer el amor le pasen al condón un exhaustivo control de calidad.
Sospeche si su pareja tiene un niño e insiste en llamarlo Fofucha, seguro que ha sido engañado con la goma de Eva.

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