INICIACIÓN AL
ESPIONAJE
Ya soy consciente de que mi mente no da para más y a veces me
meto donde no me llaman, aunque más bien lo que hago es agudizar el oído, pues
como buen latino soy cotilla por naturaleza aunque parco en palabras.
De hace un tiempo para acá por culpa del Profesor he cogido
tal afición a las novelas de espías que he llegado a suspender viajes para no
perderme ningún capítulo, pero hasta tal punto ha llegado la adicción que por
todos lados voy afinando la oreja para enterarme de las conversaciones ajenas y
preparar un dosier por si a alguien le interesa.
Mis prácticas de espionaje las he comenzado con la
colaboración del Sr. X, no daré su nombre para no implicarlo ya que él se busca
la vida en la frutería que hay debajo de mi casa y no quisiera que por mi falta
de prudencia Javier Reina pudiese acabar entre rejas.
Tras la caja de las papas godas he colocado un
receptor/emisor electromagnético (un embudo con dos imanes y adosado al pitorro
con cinta aislante un cable de antena, en el otro extremo que llega hasta mi
balcón es despeluchao el cable y lo he liado con gran maestría a las asas de
dos coladores de aluminio adquiridos por un euro en la tienda del chino, he
curvado las asas para que se adapten bien a mi cabeza aunque les he añadido una
espumadera ya que no daba el tamaño para adaptar los coladores a mis apéndices
auditivos)
Por medio de este genial invento consigo escuchar (aunque un
poco distorsionadas) conversaciones que a muchos le pondrían los pelos como
escarpias.
Hay una tal Eva que se dedica a dejar su goma a muchas
mujeres para que hagan muñecos, me imagino que cuando hablan de muñecos se
trata de una palabra en clave para no decir niños. Esto me ha dejado bastante
desconcertado, en primer lugar porque me parece una guarrería que se pasen la
goma de unas a otras cuando lo aconsejable es que la goma sea de un solo uso.
En segundo lugar diría que se trata de un plan maquiavélico,
pues si la goma la usan para fabricar niños es porque esta debe de estar picada
(algo lógico con tanto pasársela de unas a otras) y todo esto bajo el
desconocimiento de sus respectivos.
Los resultados de este plan deben de estar dando grandes
resultados, pues entre ellas ya comentan que tienen niños vestidos de comunión,
de futbolistas, de médicos o abogados. Es decir que esta trama se viene
desarrollando desde hace bastantes años y los hombres sin enterarnos.
Yo aconsejaría a todos los caballeros que si sus parejas le
pasan una goma, antes de hacer el amor le pasen al condón un exhaustivo control
de calidad.
Sospeche si su pareja tiene un niño e insiste en llamarlo
Fofucha, seguro que ha sido engañado con la goma de Eva.
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