Los golfos de
Castelgandolfo
Después de mandar al matadero a la mula y al buey, tras
descubrir que los reyes eran uno de Lepe otro de Paterna y el tercero del
Coronil. Hoy me encuentro al Bene en una venta de Castelgandolfo y os puedo
decir que este lo de Papa lo lleva hasta sus últimas consecuencias ¡Vamos...
para que me entiendan, que no suelta la PAPA desde que se levanta hasta que se
acuesta!
A las diez de la mañana los escoltas no lo protegían más bien
lo sujetaban por si se caía. La sotana "toa meá", el bonete debajo
del sobaco, y con el báculo jugando al billar mientras daba
"camballás" y al tapete le hacía unos cuantos de sietes.
Según el camarero ya se había tomado tres Ruaviejas, cuatro
Riveras del Duero y ya iba por la décima cerveza. Ya sabemos que es alemán y a
la cerveza la tiene "asimilá"... ¡pero el Ruavieja y los Riveras del
Dueroooo!
-¡Camarero, ponle otra que a esta lo convido yo!
Se sentó a mi lado alegando que estaba indispuesto por una
bajada de tensión... y dije yo para mis adentros: -¡Y un mojón... este se cree
que yo nunca he cogido un vacilón!
Yo lo convidé por puro interés, pues como columnista del
Puntales Digital lo que pretendía era sacarle información y mandarla para la
editorial, donde bajo la supervisión del Profesor la pudiésemos publicar en la
próxima edición.
¡¡QUE PELOTAZO!!
Aunque la lengua se le trababa, según su versión porque se le
había quedado grande la dentadura (¡qué listo el fulano... se ve que nació
"pa cura"!) Me contó de "Pe a Pa" su versión íntegra de la Última
Cena.
Según Bene, la Santa Cena fue en realidad una despedida de
soltero ya que al día siguiente se casaba el hijo del Jefe. El Maestro hizo que
todos los discípulos se descalzaran ya que se celebró en un restaurante japonés
y allí es tradición ir descalzos, pero no había quien aguantase el pestazo a
pie. El novio pidió una palangana para que se lavaran y trece sobrecitos de
PEUSEK, una vez que el camarero gastó dos botes de AMBIPUR y se calmó el
ambiente eligieron de la carta las bebidas y los entremeses. Mientras los
preparaban les trajeron unas aceitunas, el pan, los picos y el vino.
El Maestro muy
solemnemente alzó la copa y dirigiéndose a los discípulos les dijo:
-¡Se que uno de uno de vosotros me va a traicionar!
Como todos se conocían fue normal que las miradas fulminaran
a Judas ya que tenía la mala costumbre de escaquearse y no pagar pero él sacó
30€ del bolsillo y les dijo:
-¡No seáis más mamones que hoy traigo dinero!
El Maestro pidió calma ya que tenía más cosas que contar.
-¡Mañana me van a crucificar!
-¡Maestro... no seas tan dramático que solo te vas a casar!
-¡Si pichita, pero es que me voy a vivir a casa de mi suegra!
-¡Dios!... eso es peor que te crucifiquen "pa toa la
vía"
-¡Eso lo sé yo... churrita mía!... pero como he dejado a mi
novia embarazada, mi padre me ha obligado. Aunque así que como toda vía no ha
llegado la comida coged la copa y un pico para bridar por mí, ya que a partir
de este sacrificio no iré más por la peña, ni al futbol, ni a pescar. Cada vez
que os reunáis, haced esto en conmemoración mía ya que una vez entre en casa de
mi suegra es como si hubiese desaparecido de los confines de la tierra.
El Bene se quedo de repente en silencio... así como algo
traspuesto
-¡Su Santidad!... ¿está hablando con Dios?
-¡Nooo... es que con la conversación se me ha ido el Santo al
Cielo!... ¿y qué te iba a decir?... ¡Ahhh... ya lo sé! ¿vas a convidar otra
vez?
-¡Verá Usted... es que no me queda un euro... lo siento!
-¡Y yo también!... ¡pues si no hay "convidá", aquí
acabose el cuento!
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