viernes, 28 de septiembre de 2012


Vamos de culo

Cuando se es joven siempre nos ponemos por meta llegar a una cierta edad y parece que el tiempo se detiene y nunca llega, lo malo es cuando llegas a la meta y compruebas que no tienes marcha atrás. Ya pasado medio siglo de almanaques todo se vuelven achaques y entre farmacia y ambulatorio se te consume medio repertorio.
La Santa no paraba de insistir en que me tenía que hacer una analítica para ver como tenía los niveles y yo le dije que aunque estaba más viejo seguía  "sin perder aceite", o por lo menos eso creía yo.
Pedí cita previa para mi médico de familia,  cuál fue mi sorpresa cuando entré en la consulta y comprobé que el médico no era de mi familia ni ná, cuando vi los apellidos resultó que ni tan siquiera era pariente lejano.
Lo primero que me preguntó:
Dr.- ¿Qué es lo que le trae a usted por aquí?
Yo.- ¡Normalmente vengo andando, pero como estaba lloviendo me ha traído un taxi!
De momento se bajó las gafas a la punta de la nariz y si hay miradas que matan, creo que en ese momento me estaba fusilando.
Dr.- ¿Me refiero cual es su problema?
Yo.- ¿Problemas de enfermedades?... ¡pues como me mira!... ¿no creo que sea muy oportuno contarle que tengo a mi hija en Francia, que pago una hipoteca, la situación del país?
Tras un largo silencio, para romper el hielo le conté que me había mandado mi mujer para que me hiciera una analítica, que con mi edad más vale prevenir que curar.
Dr.- ¡Muy bien! aquí tiene estos tres botes y mañana traiga una muestra de orina, otra de heces y una de semen.
Yo.- ¿No le parece mejor que le deje aquí los calzoncillos, que lo analicen los del C.S.I. de New York y así me ahorro un viaje?
¡Viaje el que pegó en la tapa de la mesa!... yo de allí salí por patas porque del susto casi me mata.
Cuando fui por los resultados mi médico estaba de baja con la muñeca rota, yo no es que le desee mal a nadie, pero en este caso lo agradecí.
Me tocó una doctora joven y simpática (eso quería yo, que me hubiese tocado) me comentó que en la analítica había salido algo del PSA.
Yo.- ¡Debe de haber algún error!... ¡jamás fui partidario del Rojas Marcos ni del Pacheco!
Dra.- ¡No se confunda!... los niveles de PSA son los que nos ayudan a detectar si tiene alguna anomalía en la próstata... Le voy a recomendar un especialista para que le haga un tacto rectal.
Como de tecnicismos médicos yo no estoy muy puesto, en un primer momento no me di cuenta de lo que aquello significaba. Comencé a mosquearme cuando me enteré que el especialista era japonés y leí el nombre en la placa del portón.
Dr. TETOCO ELCERETE
Entré un poco escamado ¿y no sé por qué? yo tenía la idea de que todos los japoneses eran chiquititos, este caso era una excepción... el galeno era el primo del D. Simón y antiguo luchador de sumo.
Como no pronunciaba la R me explicó muy amablemente en lo que consistía un "TACTO LECTAL" y lo entendí perfectamente. Me quedé fijamente mirando el tamaño de sus dedos y sopesé cómo quedaría mis almorranas si yo le permitía que me hiciese el reconocimiento.
Yo.- Doctor... me va a permitir que le diga que con usted un tacto rectal puede acabar en un "tacto letal", con ese dedo que parece la picha de Nacho Vidal además de la próstata me puede palpar hasta las amígdalas ¡aunque así!... ¿ qué sabe lo que le digo?.... ¡que me despido cómo lo hace mi Profesor, de puntillas y sin hacer ruido!
Y así fue como mandé a tomar por culo al PSA y al PP

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