martes, 26 de junio de 2012


Abuelo, no ¡gracias!

¡Buenas noches!... ¿Cómo estáis?... ¡VALE, VALE, VALE!... Con vosotros no se puede ser educado, comprended que se trata de una simple formalidad dialéctica. ¡Qué sí!... ya sé que tenéis problemas pero yo no soy psicoanalista, más bien estoy en el lado opuesto, ¡Además! si yo contara los míos os quedaríais muertos, ¡menos mal! que tengo un sobrino matemático y me los resuelve.
¿Cómo os preocupa tanto la prima de riesgo?... ¡SI NO ES NI DE VUESTRA FAMILIA!... ¿qué se quiere arriesgar?... ¡es su problema!... ¿a ti que más te da?. Limitaros a preocuparos por vuestros hijos, por ejemplo:
-¡Niño!... ¿llevas condones en la cartera?
Eso es ser precavido, porque lo de abuelo no es que me haga mucha ilusión, simplemente es que no va conmigo, le veo más inconvenientes que ventajas. A todos los abuelos les dicen que se les cae la baba y para mojarme la barba prefiero que sea de zumo de cebada. Además desde que nace un nieto ya se celebra un debate... ¿a quién se parece?... en lo bonito a la familia de la madre, y en lo feo a su puñetero padre ¡cómo está "mandao"!...¡Con la mano en el corazón! ¡sin que se quede "na" por dentro!... ¡LOS NIÑOS RECIEN NACIDOS SON FEOS "PA TO" SUS MUER...!
Después diremos que en este país andamos faltos de grandes cerebros, ¿CÓMO QUEREIS QUE ESTEMOS? si lo primero que le enseñamos a un niño es a decir ¡AJÓ!, enseñémosle el teorema de Pitágoras o por lo menos la tabla del dos...¿qué me explique alguien que significa y para qué sirve el AJÓ? si le quitamos el acento para que nos apeste el aliento.
¡No quiero que nadie se ofenda! pero me da la impresión que el daño colateral de ser abuelo es quedarse carajote... Comienzan con los piropos obscenos, si es niña: -¡Ay, que le como el chochete!... Si es niño: -¡Ay que le como los huevos!. Si la criatura comprendiese diría: -¿estos son mis abuelos?, pero dónde he venido a caer en una mafia de caníbales pederastas.
Para jugar al esconder se tapan la cara con las manos, y al instante se descubren diciendo: -¡TA!.... ¿Pero vamos a ver, que coño de juego es ese?... ¿no podrían ser un poco más originales?... sois como el avestruz que mete la cabeza en un boquete y piensa que nadie los ve. Lo del ¡TA! puede tener su sentido si lo miramos como una prueba diagnóstica para ver cómo está el retoño del músculo cardiovascular. Ponte en el lugar de la criatura, que te peguen un grito a dos centímetro de la nariz, viendo como bailotea la dentadura postiza que está a punto de que salga disparada y le endiñe en la frente. ¿Es para acojonarse o no?... si el niño no presenta espasmos ni suelta espumarajos, es que está bien del corazón.
Lo peor viene cuando los padres acaban la baja por maternidad, te cuelgan al niño como un llavero y a tomar por culo el abuelo. De momento date de baja en Gol TV y te traga veinte horas de Baby Einstein y Teletubbeis. Así educamos a los críos inmersos en fantasías... ¡y me pregunto yo!... ¿no es mejor ponerles el telediario y que se hagan a la idea del futuro que les espera?... eso sí cuando salga Rajoy cambias de canal para que el niño no coja una llantina.
Aun no quiero adquirir el rol de abuelo, pero cuando me toque seguro que haré el carajote como todos los demás y si no están contentos conmigo les doy permiso para que me abandonen en cualquier gasolinera, pero que me dejen en el bolsillo la cartilla del banco y la de la seguridad social, verás que juerga me voy a pegar y el niño para sus padres que para eso cuando lo hicieron no repartieron el placer con el abuelo.


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