martes, 22 de mayo de 2012


EL VERANO YA LLEGÓ

El pasado fin de semana me tocó por orden superior sacar la ropa de verano del armario. ¡Para qué os voy a contar!
Tumbado en la cama, aguantando la respiración y untándome vaselina bajo el ombligo... al tercer intento conseguí que me abrochase un pantalón de la temporada pasada. Cuando me incorporé el botón salió disparado como la bola de un pimball, yo me tiré cuerpo a tierra mientras el botón rebotaba por todos lados hasta que terminó por estrellarse contra el espejo.
-¡Carmennn!... ¿tú estás segura que este pantalón me lo compré el año pasado?
-¡Siiii!....
Me miré de perfil y comprendí que lo que no correspondía al año  pasado era mi barriga. Aun no me lo quería creer, con lo que me fui al baño y me despojé hasta de las gafas para subirme en la báscula. Una vez arriba no pude distinguir lo que ponía en el visor debido a la gilipollez de haberme quitado las gafas, volví a ponérmelas y ya leí el resultado... no me dio una cifra... ¡no!... me mandó un mensaje que decía: - ¡Koe... bájate ya, con "to" tus castas!
Tenía que buscar alguna solución y con lo que nos está cayendo no es cuestión de gastarse una fortuna en un nuevo vestuario... Lo del gimnasio ya lo probé en otras ocasiones y la verdad que el resultado fue nulo, lo único que bajó de peso fue mi cartera y terminé con agujetas hasta en las pestañas. Cómo última alternativa hice caso a mi santa que me sugirió la visita a una dietista... ¡Dicho y hecho!.
Al no tener referencias de ninguna opté por buscar en google "dietista en Cádiz"... ¿no sé porqué? pero de todas las que salían la que más confianza me daba era una tal Fina Delgado C/ La Línea nº11. Indiscutiblemente para su profesión ese nombre y dirección era un mensaje subliminal.
Cuando entré en la consulta me quede estupefacto, tras la mesa del despacho se encontraba una gran profesional, y no digo lo de gran por su maestría si no por el volumen, era el vivo retrato de las hermanas Colombinas, te llevabas dos días diciendo gorda y te quedabas corto, para hacerle la bata blanca tendrían que empalmar veinte sábanas de matrimonio, las gafas las tenía incrustadas entre los párpados y los mofletes, el cuello estaría jugando al esconder tras una gran papada, en vez de una sillita de despacho estaba sentada en un sofá de cuatro plazas y el culo le rebosaba por fuera, dije para mí: - ¡Esta a la hora de cagar se sentará en la bañera!
Yo miré a la santa y ella me miró a mí, no sabíamos si salir huyendo por miedo a que nos comiera. No nos dio tiempo a reaccionar cuando de esa mole surgió una voz con el mismo tono y musicalidad  que la de Gracita Morales.
- ¡Siéntense los señoriiiiitos!... ¡Ustedes dirán!...
Como es normal mi mujer fue la que inició la conversación para romper el hielo y exponer nuestro caso.
- ¡Mire usted Dña. Fina!...
Cuando escuche lo de Fina me dio un ataque de risa que no tenía forma de recuperar la respiración, empecé a dar cabezazos contra la pared intentando que el dolor me calmara, pero lo único que conseguí fue tirar al suelo la orla y cuatro diplomas que tenía colgados de la pared.
Me calmé cuando Carmela me cogió un pellizco con doble tirabuzón y mortal hacia delante que me hizo perder veinte años, pues retorció tal cantidad de pellejo que me quitó todas las arrugas.
Antes de abrirme una ficha la dietista cogió la grapadora de la mesa y me cerró la brecha de la frente con cinco grapas, y le pidió a la enfermera una tarrina de TROMBOCID de un cuarto de kilo para que me la untase en el costado, A continuación comenzó el interrogatorio:
-¿Tiene usted perro?
- Sí
-¿De qué raza?
- Salchicha
- ¡Lo siento mucho pero o lo sacrifica o lo da en adopción!
-¿Pero qué dice?
-Usted debe de estar alejado de las grasas incluso mentalmente, por lo tanto si quiere una mascota que sea un perro de agua.
-Si sigo sus indicaciones... la próxima consulta... ¿la haremos por mensajes de texto?
-  ¿Cómo?... no le entiendo
- ¡Nada, nada... son cosas mías!
- ¿Hace usted algún tipo de ejercicio?
- Cuando me cruzo con una piba encojo la barriga, si esto equivale a una flexión hago doscientas flexiones al día... por lo que saco en conclusión que esto no es barriga puede que sea un abdominal muy desarrollado.
Sin darme contestación se puso a llorar angustiosamente. Para consolarla la quise coger en brazos y acunarla, pero mi lumbago dijo: - Koe...¿tú eres tonto o qué?
Viendo que ya se le caían hasta los mocos, le pregunté que si le traía una tilita y me contestó que sí pero con media docena de magdalenas... me insistió mucho que la tila con sacarina. Ya más tranquila me confesó que ella era la limpiadora pero que con los recortes en la empresa ahora tenía que hacer doble función y como la dietista tenía un contrato de prácticas ella era la que la sustituía por las tardes.
Más indignado que los de la Puerta del Sol me levanté de la silla y me largué arriesgándome incluso a recibir otra ración de pellizco.
Ya en la calle dije a mi mujer:
-¡Si hace falta me visto con una tinaja y dos tirantes, pero solo hago dieta y kilometraje si me lo pagan!... ¡mañana comemos las lentejas rellenas de mi amigo Lucas y seguiremos con su recetario día tras día y si no, huevos con papas... Por cierto dicen que el consumo excesivo de huevos provoca la inflamación del hígado... y si comemos mucho hígado ¿se nos inflamarán los huevos?


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