EL
VERANO YA LLEGÓ
El pasado fin de semana me
tocó por orden superior sacar la ropa de verano del armario. ¡Para qué os voy a
contar!
Tumbado en la cama,
aguantando la respiración y untándome vaselina bajo el ombligo... al tercer
intento conseguí que me abrochase un pantalón de la temporada pasada. Cuando me
incorporé el botón salió disparado como la bola de un pimball, yo me tiré cuerpo
a tierra mientras el botón rebotaba por todos lados hasta que terminó por
estrellarse contra el espejo.
-¡Carmennn!... ¿tú estás
segura que este pantalón me lo compré el año pasado?
-¡Siiii!....
Me miré de perfil y
comprendí que lo que no correspondía al año
pasado era mi barriga. Aun no me lo quería creer, con lo que me fui al
baño y me despojé hasta de las gafas para subirme en la báscula. Una vez arriba
no pude distinguir lo que ponía en el visor debido a la gilipollez de haberme
quitado las gafas, volví a ponérmelas y ya leí el resultado... no me dio una
cifra... ¡no!... me mandó un mensaje que decía: - ¡Koe... bájate ya, con
"to" tus castas!
Tenía que buscar alguna
solución y con lo que nos está cayendo no es cuestión de gastarse una fortuna
en un nuevo vestuario... Lo del gimnasio ya lo probé en otras ocasiones y la
verdad que el resultado fue nulo, lo único que bajó de peso fue mi cartera y
terminé con agujetas hasta en las pestañas. Cómo última alternativa hice caso a
mi santa que me sugirió la visita a una dietista... ¡Dicho y hecho!.
Al no tener referencias de
ninguna opté por buscar en google "dietista en Cádiz"... ¿no sé
porqué? pero de todas las que salían la que más confianza me daba era una tal Fina
Delgado C/ La Línea nº11. Indiscutiblemente para su profesión ese nombre y dirección
era un mensaje subliminal.
Cuando entré en la consulta
me quede estupefacto, tras la mesa del despacho se encontraba una gran
profesional, y no digo lo de gran por su maestría si no por el volumen, era el
vivo retrato de las hermanas Colombinas, te llevabas dos días diciendo gorda y
te quedabas corto, para hacerle la bata blanca tendrían que empalmar veinte
sábanas de matrimonio, las gafas las tenía incrustadas entre los párpados y los
mofletes, el cuello estaría jugando al esconder tras una gran papada, en vez de
una sillita de despacho estaba sentada en un sofá de cuatro plazas y el culo le
rebosaba por fuera, dije para mí: - ¡Esta a la hora de cagar se sentará en la
bañera!
Yo miré a la santa y ella me
miró a mí, no sabíamos si salir huyendo por miedo a que nos comiera. No nos dio
tiempo a reaccionar cuando de esa mole surgió una voz con el mismo tono y
musicalidad que la de Gracita Morales.
- ¡Siéntense los señoriiiiitos!...
¡Ustedes dirán!...
Como es normal mi mujer fue
la que inició la conversación para romper el hielo y exponer nuestro caso.
- ¡Mire usted Dña. Fina!...
Cuando escuche lo de Fina me
dio un ataque de risa que no tenía forma de recuperar la respiración, empecé a
dar cabezazos contra la pared intentando que el dolor me calmara, pero lo único
que conseguí fue tirar al suelo la orla y cuatro diplomas que tenía colgados de
la pared.
Me calmé cuando Carmela me
cogió un pellizco con doble tirabuzón y mortal hacia delante que me hizo perder
veinte años, pues retorció tal cantidad de pellejo que me quitó todas las
arrugas.
Antes de abrirme una ficha
la dietista cogió la grapadora de la mesa y me cerró la brecha de la frente con
cinco grapas, y le pidió a la enfermera una tarrina de TROMBOCID de un cuarto de
kilo para que me la untase en el costado, A continuación comenzó el
interrogatorio:
-¿Tiene usted perro?
- Sí
-¿De qué raza?
- Salchicha
- ¡Lo siento mucho pero o lo
sacrifica o lo da en adopción!
-¿Pero qué dice?
-Usted debe de estar alejado
de las grasas incluso mentalmente, por lo tanto si quiere una mascota que sea
un perro de agua.
-Si sigo sus indicaciones...
la próxima consulta... ¿la haremos por mensajes de texto?
- ¿Cómo?... no le entiendo
- ¡Nada, nada... son cosas
mías!
- ¿Hace usted algún tipo de
ejercicio?
- Cuando me cruzo con una
piba encojo la barriga, si esto equivale a una flexión hago doscientas
flexiones al día... por lo que saco en conclusión que esto no es barriga puede
que sea un abdominal muy desarrollado.
Sin darme contestación se
puso a llorar angustiosamente. Para consolarla la quise coger en brazos y
acunarla, pero mi lumbago dijo: - Koe...¿tú eres tonto o qué?
Viendo que ya se le caían
hasta los mocos, le pregunté que si le traía una tilita y me contestó que sí
pero con media docena de magdalenas... me insistió mucho que la tila con
sacarina. Ya más tranquila me confesó que ella era la limpiadora pero que con
los recortes en la empresa ahora tenía que hacer doble función y como la
dietista tenía un contrato de prácticas ella era la que la sustituía por las
tardes.
Más indignado que los de la
Puerta del Sol me levanté de la silla y me largué arriesgándome incluso a
recibir otra ración de pellizco.
Ya en la calle dije a mi
mujer:
-¡Si hace falta me visto con
una tinaja y dos tirantes, pero solo hago dieta y kilometraje si me lo
pagan!... ¡mañana comemos las lentejas rellenas de mi amigo Lucas y seguiremos
con su recetario día tras día y si no, huevos con papas... Por cierto dicen que
el consumo excesivo de huevos provoca la inflamación del hígado... y si comemos
mucho hígado ¿se nos inflamarán los huevos?
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