lunes, 26 de marzo de 2012


MIS HIJOS ME LLAMAN MACGYVER
Reconozco que soy como el MAESTRO LIENDRES (que de nada sabe y de todo entiende), le meto mano a todo o a casi todo…entended lo de meter mano en el termino laboral, no seáis guarrillos. Con una caja de cartón, una pila de petaca, papel de plata y una bombilla, soy capaz de hacer un microondas (que funcione o no, ya es otra cosa), lo mismo frio una corbata que plancho un huevo.
Ponedme un taladro en las manos y dejo en paños menores a Freddy Krueger, soy el terror de los tabiques.
Todo esto me viene de la etapa de la infancia considerada de vital importancia para el desarrollo personal. La estimulación sensorial durante los seis primeros años de vida es fundamental para el perfeccionamiento cerebral… (SALMO 23.- El Señor es mi Pastor… ¡¡¡Entonces yo soy una oveja!!!, bueno preferible una oveja que ser un CABRITO).
Valla rollazo de introducción os he metido con lo simple que hubiese sido comentar que en la década de los 60 nuestra escuela fue la calle, que ante la falta de herramientas y tecnología todo lo hacíamos a mano y a golpe de imaginación. Por no existir no existía ni el papel higiénico, hasta que llegó el del ELEFANTE (lindo para las almorranas), antes de la llegada de este para limpiar el ojal de nuestras posaderas usábamos las hojas del Diario, eso sí, respetando las esquelas. Pues cagarse en los muertos de alguien era un insulto muy gordo.
Hoy cuando veo a los niños jugar con coches teledirigidos y motor de gasolina, digo - ¡Que pamplina!. Con lo auténtico que era ese aro de llanta de bicicleta y esa guía de alambre, dando vueltas a la plazoleta. Como vacilabas y además los colegas te pedían una vuelta. Eran prácticas de formación para el desarrollo del sentido del equilibrio y de los gemelos. Todo esto lo sé por la Wikipedia, porque antes el no tener sentido del equilibrio se llamaba “PELLEJAZO”, y los gemelos eran dos bocas más que alimentar que nacidos al mismo tiempo se parecían una “JARTÁ”.
¡Ese barco velero, cargado de sueños, cruzó la bahía… Pantoja, déjate de tanta historia!. Ese barco estaba hecho de corteza de pino, el casco lo modelábamos raspándolo en las paredes de granujitos que tenían los bajos de los edificios, el mástil era un palo de polo o de chupa-chups, la vela un trozo de hoja de papel, y de tripulante le poníamos un escarabajo y navegaban con la rima del bicho. Tú limítate a devolver los millones y usa Guillette para las patillas, que de pelos tienes tela, más que un oso en la sobaquera.  Los de puntales, hechos con sudores, lágrimas y dos cojo…desde las pateras a pesqueros de Vilela, eso sí que eran barcos.
El PADEL que pijo y que actual… ¡”pa” darles una cachetá!... Eso ya estaba inventado, lo que pasa que en Puntales pasábamos de patentar, éramos como románticos en el neandertal. Dos tablas redondas o “cuadrás”, da lo mismo si solo es para jugar, dos puntillas y un palo para el mango, la pelota de los zapatos gorilas y el callejón de Joaqui. ¿No es lo mismo eso que el pádel?... ¡Pues ya está!... ¡el invento Made in Puntales!.
Y esos zapatos modernos que parecen dos cunitas. Extraordinarios para los dolores y la espalda, no discutiría yo eso. Pero si te paras a charlar con aquellos que los usan, te marean con el balanceo, parecen tentetiesos,
- ¡Tate quieto ya cohones, que me estás poniendo nervioso!.
-¡No!, es que son mis nuevos zapatos MBT, especialmente indicados para personas con dolores de espalda o musculares. ¡Son una maravilla!
-¿Y cuanto cuestan?
- 200 Euros.
-¡Vale… “po” los MBT te los puede MTBien por el culo!
Buenas las sandalias cangrejeras que te las ponías a finales de mayo y hasta octubre no te quitabas con la hebilla “to oxidá”. El pie se te quedaba a rayas como el pellejo de un tigre, que además le venía bien porque iba a juego con el olor y te duraba el tatuaje hasta la siguiente primavera. Eso sí, no te curaba los dolores de espaldas, ni los golondrinos y si le dabas una “patá” a una piedra se te quedaba la uña del dedo gordo para que la usaran de peineta (con su correspondiente mantilla) las cofrades de la oración de huerto.
¿Os acordáis el encendido de la antorcha en las olimpiadas de Barcelona?... Pues a ese tío lo enseñamos en Puntales con una vara de adelfa, una cuerda, una caña con una latilla “doblá” en la punta y dos mese en los campillos apuntando a las chimeneas de la térmica.
¡Y lo de PESCA RADICAL!, héroes de la mar luchando con olas de 15 metros, contra el frio polar, a la captura del cangrejo de las nieves… ¡Para valor el nuestro!, con una espiga de caña, la tanza y masa de la panadería Kaki, en lo alto del caño con un pestazo que llegaba a 2 km. A la captura de la lisa mojonera y rodeados de gurripatos que eran más peligrosos que los buitres leonados. ¿Y a ver si los americanos eran capaces de coger cangrejos moros?... si es a Bin Laden y no hay pruebas de que lo hayan “atrincao”.

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