CAPÍTULO I
Los fenicios llegaron hasta aquí de pura casualidad pues no
vinieron a tiro hecho, más bien los echaron de Tiro.
Tiro era la ciudad donde ellos vivían y que estaba a un tiro
de piedra de lo que hoy es Beirut, de ahí lo del nombre, ya que antiguamente el
personal era más práctico y no se complicaba lo más mínimo a la hora de
nombrar, por ejemplo, si el primer hijo nacía varón se llamaba como el padre y
si era hembra como la madre. ¡Y digo yo!... ¿cómo no se dio cuenta el
carpintero que llamándole a él José al niño le pusieron Jesús?... ¡uhhh,
raro,raro!
A lo que iba, Tiro estaba bajo dominio de un rey persa muy
poderoso gracias a que registró a las persianas en la oficina de patentes, más
tarde hizo lo mismo con las ventanas de aluminio hasta que llegó otro más listo
y se le adelantó con las de PVC.
¡Pues bien!... este rey que fundó junto a Fraga el PP del
Tigris, traía a los fenicios fritos a impuestos. Indignados estos propusieron
en asamblea de dejar de pagar y largarse de allí ¿por dónde escapar? hacia el
este las montañas, al oeste la mar, al norte y al sur ¡NI SE TE OCURRA PICHA!
arriba Siria y abajo Egipto... ¡CON LA QUE HAY ALLÍ LIÁ!
Disponiendo de más troncos de cedro que pinos en el taller de
Vilela y buenos conocimientos de
navegación construyeron una flota y se lanzaron al Mediterráneo al grito de:
-"Rey Ra-joy me cago en to tus muertos, el iva te lo mete por el culo al
21%"
Solo embarcarse saltó un viento canalla con una flecha
dirección oeste y con más de cuatro rayas. Tardaron menos en llegar al Estrecho
que el nº2 a la Plaza de España. Enmanuel Mangano y Malaquias Cototo
capitaneaban dos de los veleros que pasaron a la altura de Torregorda a más de
80 por hora, con lo cual no se libraron de la foto del radar y le quitaron
cuatro puntos del carné de pilotos.
¡Hoy no he tenido tiempo de "ná", aunque así que el
capítulo se queda a medio terminar!... si mañana me coge bueno os aseguro que
continuaremos.
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