UNA LOCA ALEGORÍA
Ya no es la primera vez que me lo hace y aunque a muchos les
resulte fácil dar consejos, remedio y soluciones estos son como ungüentos de buhoneros,
mucha palabrería pero totalmente inocuas. Es necesario el sabor amargo del
padecimiento para saber que el mejor consejo lo guarda un silencio y lo da un
abrazo.
¿Cómo la voy a abandonar? no me queda más remedio que
volverla a recoger. ¡Ya sé!.. hace varios días que se fue y a mis oídos
llegaron que había alquilado un partidito en el nº 7 de la C/ Melancolía.
¿Y qué le hago? si ella nació con el veneno de la libertad y
ni en los mejores colegios de pago me la pudieron educar para que yo la
manipulase a mi antojo.
Ayer llegó de "madrugá" por el sonido de sus pasos
adiviné su estado, venía hecha un guiñapo y yo me limité a darle dos besos, sin
más preguntas ni reproches. A duras penas la llevé hasta su cama para que
descansara, era necesario dejar pasar la noche y a la mañana siguiente otro
gallo cantaría.
Por fin amaneció el nuevo día, pronto vino a buscarla un
amigo y aunque traía una pinta muy rara (pantalón corto a cuadros y gorrita de visera
tipo colegial) yo no le puse mala cara. Se levantó enseguida, se calzó sus
zapatillas deportivas y con el café a medió tomar se dispuso a coger el
ascensor, llevaba los auriculares puestos con la música a todo trapo. Quise
preguntarle ¿cómo te encuentras? pero ya no me oía y lo que obtuve por
respuesta fue:- ¡Ah!... este es Angus Young de AC/DC.
A la hora y medía volvía sola, se le notaba cansada pero
feliz. Le pregunté por su amigo Angus.
-¡Ese tiene una marcha que te cagas!... ¡hemos llegado hasta
la Venta del Chato a un ritmo frenético! ... ¿si no te importa, espera que me
pegue una ducha y después hablamos?... Bueno, si te parece mejor lo hacemos
esta tarde más tranquilos que ahora también quiero visitar a mis amigos de la
PEÑA.
Y así es mi mente, como al hijo que todo se le consiente.
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