UNA
VIDA DE CUENTO
Estoy convencido de que mi
generación ha sido de la más carajota en los anales de la historia, y no hay
que ser ningún experto en psicología para darse cuenta de ello.
Somos frutos de una
conspiración y en esto no me queda más remedio que dar la razón a Miguel (el
del Roy)... ¿por qué nuestras madres parían como conejas; no se daban cuenta de
lo bien que vivían aquellas parejas que solo tenían un niño o dos?... ¡QUE
HABÍA QUE LEVANTAR EL PAÍS DESPUÉS DE UNA GUERRA!... ¡ PUES QUE LO HUBIESE
LEVANTADO EL QUE LA LIÓ ! y si no con todo lo que robó ¿por qué no contrató a grúas
Carmelo?
Nuestros propios padres
estaban compinchados para que no fuésemos muy espabilados y la prueba de ello
os la voy a demostrar.
1º Desde nuestra más tierna
infancia nos lavaban el cerebro; por ejemplo con el cuento de Caperucita
Roja... ¿no os disteis cuenta? una niña ROJA en plena dictadura ¿cómo iba a
vivir en el bosque?... ¡cómo mínimo estaría entre rejas!.
Supongamos que perteneciese
a los MAQUIS; con lo espabilado que hay que estar para ser guerrillero ¿cómo
coño dejaron que esa niña perteneciera a la partida? solo con saber que
necesitó más de seis preguntas para darse cuenta que un lobo se hacía pasar por
su abuela ¡ o esa niña era lela o ministra del gobierno de Rajoy !
Y lo del cazador, auténtica
escena de cine gore. Tiros, sangre a chorreones por toda la habitación, saca el
cuchillo de monte, raja el vientre del lobo de donde surge la abuela como si
fuese un alien; y ahí no queda la cosa, le saca las vísceras al bicho y rellena
la cavidad de piedras, lo lanza a un pozo y se mea en lo alto ¡Esto para los
niños no era violento, simplemente era un cuento!
2º Los Reyes Magos... ¡Para
mago Juan Tamariz!... esos tres eran unos jetas, veinte años pidiéndoles una
bicicleta y al final te traían lo que les venía en ganas; cómo mucho un balón
de badana. Ahora sí que son magos, que hasta el yerno se lleva el dinero a
espuertas y ninguno nos enteramos.
3º Si uno es borracho es un
¡PECADORRRR! y están mal vistos ante la sociedad. Entonces no me salen las
cuentas cuando comentan que los borrachos son los únicos que dicen la verdad,
además cuando uno coge una buena tajá, tras soltar la papa lo siguiente es
quedarse dormido y mientras duermes no pecas; a no ser que lo hagas tu subconsciente,
pero eso no es pecado ya que nunca vi a un subconsciente vestido de penitente.
Si uno no peca va al cielo, según nos dice la religión. Por lo que saco en
conclusión que para ir al cielo habrá que estar borracho.
Con estas sartas de mentiras
fuimos creciendo camino de la sociedad del bienestar, y cuando estábamos a punto
de alcanzarla no la arrebatan, para que sigan estando mejor los que siempre lo
estuvieron.
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