martes, 13 de marzo de 2012


Don Kuriaky de la Plaza

Nunca imaginó Cervantes que su caballero errante cobrase algún día vida y no fue mala la partida de aquel lugar de la Mancha si al final con sus huesos dio en un barrio y una plaza donde sin yelmo y sin lanza ahogase toda esperanza de encontrar a su Dulcinea.
Abandonado por su escudero y muerto ya Rocinante adoptó otro jamelgo.
-¡FURIAAAA, CABALLO NEGRO!
Una mañana llegó, sin saber nadie de donde, un enjuto caballero bañado en vapores de alcohol.
 Temores, dudas y desconciertos sembró su aspecto harapiento ante los mayores del lugar, todos ellos repartían entre la chiquillería cocorrones a do quiere para evitar que el beodo llenara sus mentes de lodo con tanta palabrería. Cuan mal ellos nos hacían pues sus temores impedían que los niños disfrutasen  de pura filosofía.
-¡DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MI!
Cuantos agravios sufrió, pero sin desfallecimiento gritaba a los cuatro vientos ilustrados pensamientos, para algunos simples monsergas, pero los que entendían su jerga se quedaban asombrados. Más tarde todos sabrían que no era un charlatán buhonero, sino un culto carpintero que allá por los mentideros contaban, que renunció a su cordura en la batalla más dura que es la de perder a su amor.
Refugiabase en la noche dejando sus sueños volar entre las ruedas de un coche. Cantaba bajo la lluvia dejándose por ella empapar, y en centro de la plaza con un fantasma en sus brazos, bailaba con largos pasos, al son de una gramola el Vals de Las Mariposas.
Su vejez prematura conservada en alcohol nos hizo a todos pensar que el siguiente amanecer no constaría para él. Nadie volvió a apostar, pues el tío de la guadaña con Kuriaky se iba de cañas, pero siempre a Casa Joaqui y nunca hasta el cementerio.
Hacía uso del vino quizás para callar sus penas y mientras corría por sus venas su voz derrochaba alegría, arte y sabiduría. Pero nunca lo utilizó para alardes ni bravuconerías, solo él sabía cuando el alcohol se hacía agua que sus penas florecían, ¿para que las flores rancias que ancladas en la solapa hacen daño al corazón?.
-¡ Juaqui… lléname la copita ¡ y cámbiame unas pesetas, qué voy a pulsar las teclas y a buscar a Dany Daniel, que yo me la entiendo con él.


...Cada día en tu jardín te veo hermosa
Como una de las mil, mil mariposas
tú me enseñaste a bailar entre tus rosas
una tarde como ayer, maravillosa...

...Dime si tú, hoy,
quieres bailar con el son de
el vals de las mariposas conmigo.
Quiero bailar, si
quiero bailar con el son de
el vals de las mariposas contigo

Dedico este homenaje a Paco el Kuriaquy. Tratándose de un borracho firmes huellas dejaron sus embriagados pasos por la plazoleta del BARRIO.
No sé lo que hizo San Lorenzo para obtener el honor de dar nombre a nuestra PLAZOLETA, pero sí conocí a Paco y siendo ateo empedernido declaro a Francisco Santo, pues siendo buen hombre padeció burla y persecución, y cuando a su vejez purgó todas sus culpas, si es que alguna tuvo, fue el cáncer Santo inquisitorio quien no aceptó su “conviá” y lo llevo al mortuorio.
Termino estas cuatro letras diciendo de corazón… ¡PACO…KURIAKY, PUNTALES ES TU PLAZOLETA!.
"Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra ilustración." Oscar Wilde
Koe Casas Moreno

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