Don
Kuriaky de la Plaza
Nunca imaginó Cervantes que
su caballero errante cobrase algún día vida y no fue mala la partida de aquel
lugar de la Mancha si al final con sus huesos dio en un barrio y una plaza
donde sin yelmo y sin lanza ahogase toda esperanza de encontrar a su Dulcinea.
Abandonado por su escudero y
muerto ya Rocinante adoptó otro jamelgo.
-¡FURIAAAA, CABALLO NEGRO!
Una mañana llegó, sin saber
nadie de donde, un enjuto caballero bañado en vapores de alcohol.
Temores, dudas y desconciertos sembró su
aspecto harapiento ante los mayores del lugar, todos ellos repartían entre la
chiquillería cocorrones a do quiere para evitar que el beodo llenara sus mentes
de lodo con tanta palabrería. Cuan mal ellos nos hacían pues sus temores
impedían que los niños disfrutasen de
pura filosofía.
-¡DEJAD QUE LOS NIÑOS SE
ACERQUEN A MI!
Cuantos agravios sufrió,
pero sin desfallecimiento gritaba a los cuatro vientos ilustrados pensamientos,
para algunos simples monsergas, pero los que entendían su jerga se quedaban
asombrados. Más tarde todos sabrían que no era un charlatán buhonero, sino un
culto carpintero que allá por los mentideros contaban, que renunció a su
cordura en la batalla más dura que es la de perder a su amor.
Refugiabase en la noche
dejando sus sueños volar entre las ruedas de un coche. Cantaba bajo la lluvia
dejándose por ella empapar, y en centro de la plaza con un fantasma en sus
brazos, bailaba con largos pasos, al son de una gramola el Vals de Las
Mariposas.
Su vejez prematura
conservada en alcohol nos hizo a todos pensar que el siguiente amanecer no
constaría para él. Nadie volvió a apostar, pues el tío de la guadaña con
Kuriaky se iba de cañas, pero siempre a Casa Joaqui y nunca hasta el cementerio.
Hacía uso del vino quizás
para callar sus penas y mientras corría por sus venas su voz derrochaba
alegría, arte y sabiduría. Pero nunca lo utilizó para alardes ni bravuconerías,
solo él sabía cuando el alcohol se hacía agua que sus penas florecían, ¿para
que las flores rancias que ancladas en la solapa hacen daño al corazón?.
-¡ Juaqui… lléname la copita
¡ y cámbiame unas pesetas, qué voy a pulsar las teclas y a buscar a Dany Daniel,
que yo me la entiendo con él.
...Cada día en tu jardín te veo hermosa
Como una de las mil, mil mariposas
tú me enseñaste a bailar entre tus rosas
una tarde como ayer, maravillosa...
...Dime si tú, hoy,
quieres bailar con el son de
el vals de las mariposas conmigo.
Quiero bailar, si
quiero bailar con el son de
el vals de las mariposas contigo
Dedico este homenaje a Paco
el Kuriaquy. Tratándose de un borracho firmes huellas dejaron sus embriagados
pasos por la plazoleta del BARRIO.
No sé lo que hizo San
Lorenzo para obtener el honor de dar nombre a nuestra PLAZOLETA, pero sí conocí
a Paco y siendo ateo empedernido declaro a Francisco Santo, pues siendo buen
hombre padeció burla y persecución, y cuando a su vejez purgó todas sus culpas,
si es que alguna tuvo, fue el cáncer Santo inquisitorio quien no aceptó su
“conviá” y lo llevo al mortuorio.
Termino estas cuatro letras
diciendo de corazón… ¡PACO…KURIAKY, PUNTALES ES TU PLAZOLETA!.
"Más veces
descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra
ilustración." Oscar Wilde
Koe
Casas Moreno
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